La pasividad es clave

Nosotros tenemos una estrategia, compramos acciones que reparten un dividendo creciente, reinvertimos los dividendos y seguimos comprando. Nuestro objetivo es llegar a vivir del dividendo.

Hay otro tipo de personas que tienen una estrategia diferente, compran pisos, los alquilan, acumulan el alquiler junto con ahorros y tratan de comprar más pisos. Su objetivo es llegar a vivir del alquiler.

¿En qué nos diferenciamos ellos?

Nos diferenciamos en poco de ellos, nuestra estrategia es similar, acumulamos activos que nos generan unas rentas para llegar a vivir de ellas. Aún así, bajo mi punto de vista, nos diferencian dos cosas de ellos:

1.- Nos martirizamos:

Nos gusta mirar la cotización a diario, ver el valor de la cartera. Sufrimos con la cartera en rojo, calculamos lo que vamos perdiendo y dudamos de nuestra estrategia. La transparencia de tener el precio a cada instante nos hace estar pendientes todo el tiempo del precio de la cartera y acabamos perdiendo la perspectiva de que lo que nos interesa es cobrar los dividendos.

¿Qué pasaría si hubiéramos comprado un piso? Todo sería mucho más sencillo, no nos molestaríamos en mirar el precio dado que es un mercado con mucha menos información y al ser un mercado más opaco simplemente no nos molestamos en seguir la evolución. Simplemente cobramos nuestro alquiler y seguimos ahorrando para comprar el próximo piso.

Esa pregunta me suena de algo Leo, en este post lo analizamos y vimos que en ambos casos estamos expuestos a grandes bajadas y subidas de precio. Tenéis todos los detalles en el post pero el resumen es que la vivienda, desde el pico más alto en 2007 bajó un 30,1% de valor en 8 años, mientras que el Ibex 35 cayó entorno al 27,5%. ¿Cuál es más volátil entonces?

2.- Mayor seguridad:

Con el capital con el que haríamos frente a la compra de un piso podríamos invertir en 50 empresas grandes y estables que repartan dividendo. Si una de ellas quebrase perderíamos un 2% de nuestros ingresos, pero si en el piso de al lado entran unos malos vecinos, ¿qué parte de nuestro capital arriesgamos? El 100%.

Las acciones tienen una fuerte ventaja respecto a la diversificación del riesgo, pero no sólo eso, también poseen una ventaja poco comentada habitualmente: las obligaciones. Con las acciones nunca te va a tocar pagar nada mientras que con un piso tendrás que hacer reformas, pagar IBIs, derramas, etc. Prefiero no asumir ese riesgo.

Queda claro que las acciones son más seguras como fuente de ingresos que la vivienda. Sin embargo, socialmente el que compra un piso con hipoteca y alquila su anterior piso para hacer frente a la hipoteca está bien visto, es inteligente ¡y se paga la hipoteca sola! Mientras que aquellos que invertimos de forma más segura en acciones somos unos especuladores que están un poco tarados y todo el mundo piensa que en cualquier momento perderemos todo.

En interesante la falta de cultura financiera que tenemos en este país. Si yo me quedo sin empleo percibiré unos ingresos extra de mis dividendos, mientras que si hubiera comprado un piso con hipoteca y me quedo en paro no tendré ingresos extra. Pero yo soy el del casino, los riesgos y, por supuesto, el que mañana mismo puede perder todo.

Perdonad que me haya desviado un poco del tema. El punto que quería dejar claro con esta exposición no es tanto las ventajas de invertir en bolsa frente a invertir en vivienda, si no lo importante que es tener la misma seguridad en nuestras inversiones que aquellos que compran pisos.

Nosotros no tenemos algo material, no tenemos los ladrillos, pero poseemos una parte de muchas empresas muy grandes. Somos dueños de ellas y esa debe ser nuestra seguridad. Además, no debemos obsesionarnos con el precio, lo miramos tanto porque podemos, pero no deberíamos mirarlo más que si tuviéramos un piso alquilado.

La pasividad es clave en nuestra estrategia.

Lo más complicado de nuestra estrategia es mantenernos impasibles ante grandes subidas y grandes bajadas. Debemos mantener nuestra estrategia, seguir nuestro guión y no entrar en el juego de los precios.

Pero las dudas son inherentes al ser humano. Estamos hechos de emociones y a veces cuesta seguir un camino marcado sin desviarse. ¿Cuál es vuestro caso? ¿Conseguís mantener la pasividad en la estrategia?

Dr. Exo