¿Que es la inflacion y como combatirla?

Hoy vamos a hablar de uno de los grandes enemigos de la mayoría de la población: la inflación.

Empezaremos por aclarar el concepto. ¿Qué es la inflación? Es el aumento generalizado de los precios. Se suele medir para un lugar geográfico y normalmente se compara con respecto al año anterior. Lo más normal es que tengamos datos de cada mes respecto a ese mismo mes del año anterior o del año respecto al año anterior.

Cuando escuchéis IPC o índice de precios al consumo podéis tomarlo como sinónimo de inflación. El IPC es el índice que España utiliza para calcular su inflación.

Pero, ¿cómo se calcula?

Para calcular el IPC se contrasta la evolución de los precios de un total 489 artículos. Para ello se recoge información de 30.000 establecimientos, repartidos entre 177 municipios españoles (las 52 capitales de provincia y 125 localidades no capitales). Los datos se recopilan en persona, por teléfono, fax o correo electrónico y no se incluyen liquidaciones, saldos, rebajas u ofertas. Los 12 grupos que conforman el IPC base y sus ponderaciones son:

18,26% Alimentación y bebidas no alcohólicas

15,16% Transporte

12,00% Vivienda

11,46% Hoteles, cafés y restaurantes

 9,26 % Otros

 8,34% Vestido y calzado

 7,54% Ocio y cultura

 6,67% Menaje

 3,85% Comunicaciones

 3,14% Medicina

 2,80% Bebidas alcohólicas y tabaco

 1,42 % Enseñanza

Si alguien quiere más detalle sobre cómo se calcula podéis verlo en INE.es 

Una vez tenemos claro lo que es la inflación y cómo se calcula, a simple vista no parece que sea muy peligrosa. Entonces, ¿por qué obsesionarnos con ella?

La respuesta es sencilla, la inflación arrasa todos ahorros que no son muy sólidos, igual que un huracán hace con los edificios.

La inflación controlada puede ser una suave brisa que haga que se nos vuelen unos papeles sin importancia o un devastador huracán que se lleve nuestra casa por delante.

Viviendo en España parece que la inflación no es un problema (aunque más tarde lo analizaremos), sin embargo en un país como Argentina, donde la inflación es del 25% sí es una tragedia. Vamos a poner un ejemplo sencillo que ilustre el drama de la inflación. Imaginemos que tenemos 5.000 pesos argentinos ahorrados con los que tenemos pensado renovar nuestra lavadora dentro de 5 años. Por suerte, el precio medio de una lavadora son 5.000 pesos por lo que tenemos el 100% ahorrado. Transcurridos 5 años nos disponemos a comprar una lavadora y al llegar a la tienda vemos que el precio medio de las lavadoras ya no es 5.000, ahora es de 15.000 (5.000*1,25^5). En sólo 5 años nos falta el doble de lo que teníamos ahorrado para poder sustituir nuestra lavadora.

Una inflación tan elevada hace que nuestro dinero pierda valor cada año, incluso cada mes. Se han llegado a dar casos de hiperinflación tan preocupantes como el ocurrido entre 1922 y 1924 en Alemania. 100 marcos de Julio de 1922 eran equivalentes a 726 mil millones de marcos de Noviembre de 1923. Sí, sí, es como si en cuestión de año y medio un iPhone de 800€ pasase a valer 5.800.000.000.000€. Los billetes tenían tan poco valor que se utilizaban para encender hogueras y calentar las casas. De hecho llegaron a emitirse billetes tan ridículos como este de 100 millones de marcos:

Pero tal como prometía al inicio del post, vamos a realizar un estudio de cómo ha afectado la inflación en España. Analizaremos el IPC entre 1980 y 2010 para englobar un período amplio. El INE nos proporciona en su página web estos datos y lo que obtenemos es un 406,7% de inflación.

Esto significa que algo que en 1980 costaba 1.000€, en 2010 costó 5.067€, o lo que es lo mismo, una inflación anual media del 5,5% durante 30 años.

Imaginad que alguien guardase su dinero bajo el colchón… A lo largo de 30 años su dinero valdría un 20% de lo que valía cuando lo guardó. Esa es la razón de que nuestro dinero nunca deba estar parado, siempre ha de trabajar para nosotros, sea de una forma u otra. A lo mínimo que debemos aspirar es a batir la inflación y ahí es donde se hace realmente interesante nuestra estrategia.

La razón de que nuestra estrategia sea tan interesante es que, a diferencia de un depósito o una cuenta remunerada, los dividendos tienden a crecer cada año muy por encima de la inflación. Esto hace que si tu rentabilidad por dividendo inicial es de un 4%, cada año crezca y tu capacidad adquisitiva sea superior. ¡Crecer por encima de la inflación es lo mínimo que un accionista puede pedir a su empresa!

Los depósitos o cuentas remuneradas van oscilando en función de los tipos de interés. De hecho, si los comparas contra el tipo de interés de una hipoteca siempre están por debajo. Es la forma más sencilla de ganar dinero para un banco: prestan dinero a un interés y atraen dinero pagando un interés menor. Tras esto vuelven a prestar ese dinero y así hasta el infinito... o la próxima crisis.

Los depósitos, al depender de los tipos de interés, nunca crecerán durante muchos años. Crecerán en los ciclos de crecimiento económico y decrecerán en los ciclos de contracción económica.

Esa es la pregunta del millón Leo. El Banco Central Europeo, en quien tenemos delegada la política monetaria (¡gracias a Dios!) tiene un objetivo del 2% en la zona Euro. Obviamente esto es un promedio y lo normal es que los países del sur de Europa estemos algo por encima por lo que podríamos contar con entre un 2% y un 3% en función de lo positivos que queramos ser.

Imaginad si comparáramos el crecimiento de los dividendos contra la inflación. Hace unos meses analicé el crecimiento de los dividendos de las empresas de mi cartera y superaba el 13% por lo que cada año estaríamos incrementando nuestros ingresos entre un 10% y un 11%.

La conclusión es clara: Debemos protegernos de la inflación y la mejor forma de hacerlo es invirtiendo en bolsa a largo plazo.

Dr. Exo