El valor del tiempo

El valor que cada uno le damos al tiempo es subjetivo. Para algunos tiene mucho valor, para otros parece no valer nada. Suena raro lo de no valorar el tiempo pero preguntadle a los calientasillas, en todos los trabajos hay alguno. Yo he llegado a escuchar a gente decir que prefería echar un par de horitas más en el trabajo para evitar tener que hacer tareas en casa.


¿Cómo que llego tarde? ¿Quién te crees que hizo esta foto Leo? Lo que hay que aguantar… No paro de ayudaros con consejos ¡y así me lo pagas!

Volviendo al tema... el caso es que cuando hablas con la gente ves que cada uno tiene una visión diferente del tiempo. A un niño una hora le parece larguísima, a ti te parece insuficiente para hacer algo. De hecho, conforme crecemos, el valor del tiempo suele aumentar y lo vemos como lo más valioso que poseemos.

Recientemente he leído un artículo sobre la subjetividad de la valoración del tiempo. Curiosamente coincide con lo que un amigo hace tiempo me comentó, no sé si habría leído el artículo previamente pero tiene mucho sentido.

El artículo explica que las personas valoran el tiempo en función de lo vivido. Tu primer año de vida establece una medida de tiempo base, el segundo año para ti es tan largo como el primero. Sin embargo el tercero, como ya has vivido 2 años resulta un 50% más corto. El cuarto año, al haber vivido 3 anteriormente te parecerá como un tercio respecto al primero. La gráfica quedaría así:

Viéndolo así, parece que tiene lógica cuando un crío de 6 años no para de preguntar si hemos llegado ya, o cuando ves que para un niño de 4 años lo que no es ahora, no existe. Y llegados hasta aquí os estaréis preguntando por qué os estoy hablando de esto. La respuesta es sencilla:

No podemos sacrificar el presente para lograr objetivos a largo plazo.

Ser previsor es bueno y nosotros lo somos. Ahorramos e invertimos para procurarnos una estabilidad de ingresos futura, pero es tan importante el camino como la meta. Disfruta del presente porque cada vez tu tiempo irá más rápido.

Eso sí, hazlo sin derrochar, las mejores cosas de la vida son gratis: hacer deporte, ver a tus amigos, disfrutar de tu familia... el problema es que nos empeñamos en desear las cosas más caras.

La receta de hoy es básica pero no hay que olvidarla nunca: No dejes que tus ahorros entorpezcan tu felicidad.

Dr. Exo

4 comentarios :

  1. Que razón tienes,no importa tener mucho o poco,para mi lo importante es decidir lo que hago en cada momento.

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  2. Una de las mejores entradas del blog, sin duda. El tiempo y lo que hacemos con él es el valor más preciado de nuestra vida.

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